Tres años

En tres años puedes cruzar América Latina en furgoneta.

En tres años puedes estudiar una diplomatura. También un máster.

En tres años puedes empezar una relación y terminarla.

En tres años puedes dormir una media de 8760 horas.

En tres años puede que desarrolles un cáncer y… mueras.

Tres años parecen mucho, y a su vez no son nada.

En tres años puedes vivir mucho más que en ocho, o en 20. Todo depende.

El tiempo pasa.

Tiempo que se escurre, mientras nosotros hacemos como que hacemos cosas.

Berlín es un sueño, es una ciudad en  la que todos quieren vivir o visitar. Pero algo extraño sucede a quienes se instalan en  la capital alemana. Los inicios son los mismos para (casi) todos. Cursos de alemán, ilusión, inocencia y mucha curiosidad.

En este periodo inicial, acudirás a cenas de clase, hablarás con personas que no tienen nada que ver contigo, también buscarás su proximidad porqué no querrás estar solo.

En un rato, encontrarás a un grupo en el que encajas y te sentirás feliz.

Cervezas en los bares, conciertos, muchos cigarrillos y muchas sorpresas cotidianas.

Salir a la calle y que alguien te sonría tímidamente al pasar, conocer a un guionista que busca la inspiración que nunca tuvo (y puede que nunca tenga). Que tu compañera de pupitre en clase de alemán sea trapecista. Salir a dar un paseo y acabar a las tantas de la mañana en X bar debatiendo sobre la importancia de llamarse Ernesto con un australiano y una checa. Involucrarse en un grupo queer-vegano y asistir a las asambleas cada semana.

Todo aquel que haya vivido en la capital alemana se reconocerá en alguna de estas situaciones. Y esto no es nada.

Pero Berlín no es agradecida con aquellos que tanto la veneran. Berlin es ruda. Berlin es mini jobs. Berlín puede hacer que pierdas el norte, el sur, tu juventud…Puede que cuando despiertes de esta borrachera utópica, y mires atrás,  lo único que veas sea tiempo pasado, tiempo que ya fue. Que ya no es.

Y te preguntaras que hiciste en este tiempo. Te reprocharás (tal vez)  el no haber enfocado tu carrera más allá de la precariedad. En cambio, decidiste (o no) fusionarte con el espacio-tiempo.

Berlín es lisérgica, es el país de Nunca Jamás pero sin florituras ni adornos de la factoría Disney.

Tú, obviamente no eres campanilla ni tus amigos Peter Pan. El tiempo se escurre aunque nadie le preste atención.

Astronáutica

Periodista especializada en la creación de contenidos para medios online y en redactar artículos de viajes. En la actualidad con un nuevo proyecto entre manos, una revista digital con sede en Berlín. Más info próximamente!!

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