Mi alegría es mi soledad.
La vida en común me absorbe demasiada energia y nunca logro descansar.
Aquí, allá. Arriba, abajo.
De vacaciones o compartiendo la rutina. La rutina del maldito e insoportable día a día.
No deseo morir ni pienso en suicidarme. Pero todo aquel que no sea yo mismo y que ose en ser participe de mi insignificante existencia, me sobra.
A pesar de esto, sigo jugando a la partida.
Sigo lanzando los dados sobre el tablero a cada rato.
Juego a vivir. Juego aun y no ser conocedor de las reglas del juego al que juego.
(Cinco segundos de silencio…A continuación, se escucha el sonido de las hojas de papel al desgarrarse).
Fin.
Créditos finales.
Compañía teatral: Juego a que juego.